Mirar no es sólo asunto de los ojos.
Primero, ciérralos unos instantes
y dentro de ti busca -en tu sosiego-
la facultad de ver.
Y ahora, ábrelos, y mira.
Es enero ahí fuera, pero está
muy hermosa la vida esta mañana.
Cuanto sol en los álamos
que en trémulas hileras van creciendo
en esta vieja plaza
de tu ciudad. Un día y otro día,
durante muchos años,
a su lado pasaste y no los viste,
ciego que dabas pena y que hoy, por fin,
de milagro has sanado y puedes ver
y en tu mirar te salvas.
Eloy Sánchez Rosillo.
Oír la luz. Tusquets
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