viernes, 12 de febrero de 2016





Algunos autores afirman que dentro de la psiquiatría existencial, la logoterapia es la única escuela que ha desarrollado técnicas psicoterapéuticas. Más aún, se ha dicho que la logoterapia añade una nueva dimensión a la psicoterapia: la del fenómeno distintivamente humano. De hecho, dos fenómenos específicamente humanos, la capacidad de autotrascendencia y la de autodistanciamiento, son movilizados por las técnicas logoterapéuticas de derreflexión y la intención paradójica, respectivamente. El profesor Petrilowitsch, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Maguncia, Alemania Occidental, suscribe la idea de que los sorprendentes resultados obtenidos por estas dos técnicas logoterapéuticas se deben a que la logoterapia no permanece en la dimensión de las neurosis, es decir, en la dimensión de los procesos dinámicos o de condicionamiento. En contraste con la terapia de la conducta, por ejemplo, la logoterapia no se conforma con el recondicionamiento, sino que abre la dimensión de lo más humano del hombre, dirigiéndose a los recursos disponibles en la “humanitas” del “Homo patiens”.
Esto sería lo que tenía en mente Paul E. Johnson cuando afirmó que “la logoterapia no es rival de ninguna terapia, pero bien puede ser un desafío para todas ellas a partir de su contribución”
Bibliografía: Frankl, V.(2012) Fundamentos y aplicaciones de la Logoterapia. Barcelona: Herder.

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