“La fe no es un pensamiento del que se ha quitado la realidad de lo pensado, sino un pensamiento al que se ha añadido la existencialidad del pensante.”
Viktor E. Frankl, “El hombre doliente. Fundamentos antropológicos de la psicoterapia”. Herder. Barcelona, 2006, pág 157.
Viktor E. Frankl, “El hombre doliente. Fundamentos antropológicos de la psicoterapia”. Herder. Barcelona, 2006, pág 157.
(Al plantearse la cuestión de si el ser es un gran absurdo (algo sin sentido) o es un gran supersentido, Frankl reconoce que esa pregunta no puede encontrar respuesta desde las ciencias naturales. Este problema es insoluble y sólo se resuelve por decisión, pues ambas interpretaciones son posibles:
“La lógica está tanto a favor como en contra de una y otra interpretación.
Pero aquí no se trata de lo lógico, de algo racional, sino de lo ontológico, de lo emocional.
La legitimidad de las dos respuestas: la del «absurdo absoluto» y la del «supersentido absoluto», subraya la responsabilidad de la respuesta. El interrogado no afronta sólo una respuesta, sino una decisión, decisión existencial y no intelectual. Lo que debe efectuar no es un intelligere, un conocimiento objetivo, sino una opción personal.
Las razones en pro y en contra mantienen la balanza equilibrada; pero el apostante pone sobre el platillo el peso de su ser.
No es el saber el que decide esta opción, sino la fe; pero la fe no es un pensamiento del que se ha quitado la realidad de lo pensado, sino un pensamiento al que se ha añadido la existencialidad del pensante.”
- Viktor E. Frankl. El hombre doliente. Fundamentos antropológicos de la psicoterapia. Herder. Barcelona, 2006, págs. 156-157-.)
“La lógica está tanto a favor como en contra de una y otra interpretación.
Pero aquí no se trata de lo lógico, de algo racional, sino de lo ontológico, de lo emocional.
La legitimidad de las dos respuestas: la del «absurdo absoluto» y la del «supersentido absoluto», subraya la responsabilidad de la respuesta. El interrogado no afronta sólo una respuesta, sino una decisión, decisión existencial y no intelectual. Lo que debe efectuar no es un intelligere, un conocimiento objetivo, sino una opción personal.
Las razones en pro y en contra mantienen la balanza equilibrada; pero el apostante pone sobre el platillo el peso de su ser.
No es el saber el que decide esta opción, sino la fe; pero la fe no es un pensamiento del que se ha quitado la realidad de lo pensado, sino un pensamiento al que se ha añadido la existencialidad del pensante.”
- Viktor E. Frankl. El hombre doliente. Fundamentos antropológicos de la psicoterapia. Herder. Barcelona, 2006, págs. 156-157-.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario